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LA FOTOGRAFÍA DE BOUDOIR. ESPÍA DE LA INTIMIDAD.

  Mucho se habla hoy en día de la fotografía boudoir, un término que no está debidamente conceptualizado en la lengua castellana y mucho menos definido.  El término viene del francés, y hace referencia a un espacio destinado para las damas de  alta sociedad, la nobleza y la realeza, un espacio privado al que los hombres no pueden acceder  a menos que sea a partir de una invitación directa de la mujer.

  Éste, es un lugar íntimo, único, donde la dama se embellece, se consiente y se cobija, es un espacio donde se siente libre, tranquila y disfruta de su soledad. Claro que esto hace referencia a épocas pasadas, épocas donde reinas, princesas, duquesas y más, encontraban en estos espacios el lugar adecuado para un encuentro consigo mismas.


  La fotografía boudoir busca esos elementos, trata de evocar esa singularidad tan especial, ese ambiente y esa atmósfera seductora e íntima. Actualmente, referirnos al boudoir, nos remite la idea de una fotografía realizada a partir de un elemento único, un elemento femenino sin más. La mujer es el tema central en este estilo fotográfico, realizamos tomas donde se hace referencia a todo lo descrito anteriormente, a una situación de intimidad, soledad, descanso y ensimismamiento. El objetivo claro que se busca en el boudoir es capturar la belleza de la mujer en una situación casual, aprovechando la luz natural, cuidando detalles de encuadre y composición que logren resaltar aún más esa belleza femenina y capturen, como dije antes, esa atmósfera de seducción.


  Entrar en ese espacio tan restringido debe tomarse como una oportunidad única, y no me refiero a poder tener acceso a un boudoir «real», sino de traer a nuestra locación todo ese ambiente de privacidad, libertad, sensualidad y convertirnos de esa manera en testigos, o mejor dicho, espías de la intimidad; lo cual es un concepto que considero el adecuado, al ser exactamente en lo que nos convertimos al fotografiar a nuestra modelo en una sesión boudoir.

Como último apunte en esta breve reflexión, debemos recordar que este tipo de fotografía se caracteriza por ser artístico, fino, puede incluir o no el desnudo, puede tener toques de sensualidad y coqueteo, puede incluso ser sugerente, pero lo que se debe evitar, a toda costa, es caer en lo vulgar. Nuestra fotografía boudoir, desde mi punto de vista debe poseer tres componentes fundamentales, que son la sensibilidad, la creatividad y sobre todo, muy buen gusto.