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CINCO MUJERES DOCUMENTALISTAS QUE DEBERÍAS CONOCER

Este mes quiero hablarles de la participación de grandes fotógrafas documentales en la historia moderna de México, mujeres que con su cámara y valentía nos han dejando una gran memoria visual de nuestra acontecer social. Cada una de ellas descubrió en la dimensión documental de la fotografía una manera de capturar sus mayores inquietudes o situaciones que no todos podrían llegar a ver y se metieron en lo más profundo de estas realidades para mostrarnos imágenes poderosas y profundamente humanas.

La creación de imágenes se ha convertido en una de las actividades más populares en nuestros días y aunque pretendemos que estas fotografías sean memorias visuales, en general se acercan más a lo estético que a lo documental. Por lo que es importante aclarar que la fotografía documental no prioriza ser estética, sino ser verdadera, por más utópico que nos parezca.

Dicho lo anterior podemos adentrarnos a la historia de estas mujeres que han documentado y en algunos casos buscado resolver situaciones a través de su trabajo. Cabe destacar que tenemos grandes ejemplos en el mundo, pero quiero focalizarme en las de mi país.

  1. Graciela Iturbide (1942). Un ícono de la fotografía documental mexicana, fue alumna del Manuel Álvarez Bravo en el Centro de Estudios Cinematográficos de la UNAM, del que aprendió principalmente su forma de vivir y su lema “Hay tiempo”. Se caracterizó por sus simbolismos y composiciones poéticas. Al principio su mayor interés eran los grupos indígenas, lo que la llevó a convivir con la comunidad Seri por un mes y medio en Sonora, de donde emergió el libro Los que viven en la arena, en 1980. En diferentes entrevistas sostiene que si no se emociona o no hay complicidad con las personas que fotografía no hace la foto.

Una de sus obras emblemáticas es “Mujer Ángel”, hecha en 1979 en el desierto de Sonora, que retrata a una mujer que camina por el desierto con un radio en la mano. Lo irónico de esta imagen es que ni siquiera recuerda haberla tomado, como si la cámara lo hubiera hecho sola y fuera una regalo de la vida. Esta imagen destaca por su complejidad técnica y poética composición.

    

  1. Maya Goded (1967). Fue asistente de Graciela Iturbide y desde 2012 forma parte de la agencia Magnum. Se ha interesado principalmente en los grupos sociales desfavorecidos y tomó a la mujer como tema principal.

Entre sus trabajos se encuentra el de Plaza de la Soledad, en el que convivió con prostitutas del Barrio de la Merced en la Ciudad de México. Durante este trabajo escuchó sus motivos, vivencias, amores, historias de vida y fue fotografiándolas en cuartos de hoteles, dando vida a una serie de impactantes imágenes que abren la puerta a un mundo de desigualdad social en un lugar especifico de la capital mexicana. A través de su trabajo pretende analizar y comprender la vida, por lo que sus imágenes son un enfrentamiento puro a la realidad.

  1. Daniela Rossel (1973). Contrario a muchos documentalistas que buscan retratar la pobreza o grupos vulnerables, Daniela Rossel se ha interesado por el estilo de vida de la élite mexicana y su exuberante vida. Entre 1994 y 2001 realizó la serie Ricas y Famosas, que posteriormente se convirtió en libro. Sus imágenes muestra a mujeres ricas en ostentosos hogares, llegando a crear una mezcla de realidad y fantasía, en la que aparecen mujeres mostrando quienes y son y cómo quieren ser vistas.

  1. Yvonne Venegas (1970). Merecedora del premio The Magnum Expression en 2010 por su trabajo María Elvira de Hank, fue capaz de mostrar la vida de la esposa del ex gobernador de Baja California y uno de los empresarios más ricos de México. En esta serie muestra una cotidianeidad llena de lujos, guardaespaldas, niñeras y hasta un zoológico, en donde se aleja de los juicios y observa un excéntrico y cotidiano estilo de vida de familia rica.

  1. Eunice Adorno (1982). En 2011 fue seleccionada por el World Press Photo Joop Swart para la Masterclass en Holanda. Entre sus trabajos destacados se encuentra el de Mujeres Flores, que realizó durante dos años retratando a las mujeres menonitas del norte de México. Este libro es una delicia visual que nos muestra a una comunidad atrapada en el tiempo, con usos y costumbres que rara vez podemos ver. Algo admirable de esta fotógrafa es su capacidad de retratar en las diferencias, las semejanzas.

Gracias a estas fotógrafas conocemos a las mujeres indígenas, a las ricas y famosas, a las de la Merced y a las menonitas. Estas mujeres se entregaron a sus proyectos de tal forma que nos regalaron trabajos increíblemente humanos que las han hecho convertirse en parte viva de la historia.

Si te interesa la fotografía documental te recomiendo que busques lo que se ha hecho en tu país, los cambios que socialmente se han logrado y que los compartas con nosotras. También te invito a que en tus proyectos personales involucres esta dimensión de la fotografía, ya que un mundo desconocido está esperando ser contado. Es momento de preguntarte ¿qué historia quiero contar?