Mi nombre es Nieves Montaño, y soy narradora visual en Tucson, Arizona. Nací en Phoenix, Arizona, pero crecí en la ciudad de Cananea, Sonora, de donde es originaria parte de mi familia. Mis fotografías se caracterizan por un generoso uso de colores, y en pocas palabras, son mi forma de celebrar la diversidad y una invitación a la tolerancia. A continuación les voy a hablar un poquito de lo que ha influido en mi trabajo como fotógrafa.

Crecí en Cananea, Sonora, México. Cananea es una pequeña ciudad ubicada en el noroeste de México. Cananea está rodeada de pueblos fronterizos, todos ellos tienen un tinte estético muy peculiar, un poco polvoriento, que sólo se puede encontrar a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México. Cuando pienso en las fronteras, se me vienen a la mente muchas imágenes de mi infancia. Es como si mis recuerdos fueran una mezcla de fotos Polaroid e imágenes de Kodachrome tomadas con la cámara desechable de mi mamá.
Al crecer en Cananea, me sentía absorbida por el color que abundaba por todas partes. Muchas de las casas estaban pintadas de colores; podías encontrar una casa rosa fucsia en medio de un vecindario un poco más “reservado,” o podías encontrarte un fachada verde brillante de alguna tienda, acompañado por la caligrafía de alguna marca en el más vibrante de colores. Muchos establecimientos locales son muy generosos con su uso del color, y cuando dejé de vivir ahí fue una de las cosas que más eché de menos.

Me mudé a Phoenix en el 2005. Una de las primeras cosas que descubrí en la gran ciudad fue que había una profunda ausencia de color; al menos hasta el grado al que yo estaba acostumbrada. Las casas de nuestro nuevo vecindario eran todas muy similares. Todas estaban pintadas en colores neutros, y casi todos los demás vecindarios eran iguales. Para una ciudad del desierto, los colores neutros son los mejores para mantener las casas frescas en el verano. Pero toda la simetría y la perfección estandarizada no eran un buen ajuste para mi alma ecléctica con amor por lo disfuncional y lo subestimado.

Desde que era una niña, siempre tuve una extraña obsesión por categorizar todo por color. Ordenaba todas las camisetas en mi cajón por colores: de azul, verde, amarillo y después naranja y rojo, exactamente como los colores del arco iris. Los crayones en mi caja de lápices tenían que ser ordenados en categorías de color. Pienso que esta obsesión por el color fue influenciada grandemente por mi mamá y mi tía. Cada estación del año, agregaban toques coloridos de la decoración de sus hogares, indicando que una nueva estación estaba por venir. Cuando era niña, aprendí a esperar lo que la nueva temporada traería, que era anticipado por un cambio en las tonalidades de color.
Cuando aún tenía la intención de encajar en moldes, pensé que estudiar un posgrado sería la manera más segura de conseguir un trabajo y vivir una vida feliz. Mientras estaba estudiando el posgrado, mi papá cayó gravemente enfermo, y fue en ese momento cuando cuestioné muchas de las opciones de vida que había tomado hasta entonces. Después de algunos años en el mundo académico y muchas lecciones de vida bastante difíciles, decidí que la vida era demasiado corta para pasarla en un laboratorio sin ventanas, y finalmente decidí averiguar quién era yo y qué quería hacer con mi vida.
Hace unos años, finalmente me mudé a Tucson, Arizona, donde vivo actualmente. Tucson es una ciudad grande que se siente como un pueblo pequeño, porque casi toda la gente se conoce.Vivir en Tucson ha influido mucho en mi trabajo. Definitivamente eso se nota en mis fotos. Hay tantos murales, paredes coloridas, y hermosa arquitectura a nuestro alrededor y es simplemente imposible no enamorarse de la extravagancia de todo.

Cuando veo mis fotografías una por una, puedo ver una historia en particular. Pero cuando veo mis fotografías como un todo, me puedo ver en todas ellas. Creo que es similar a cuando lees un libro o escuchas una canción. La primera vez que lee el libro de un autor determinado, presta atención a la historia. Pero cuando sigues leyendo libros del mismo autor, o escuchas canciones del mismo cantante, sientes su personalidad.
Empecé a prestar más atención al color una vez que empecé a leer más sobre el diseño y la marcas o el llamado “branding.” Estoy obsesionada con el buen diseño y la marcas que saben contar una buena historia. Pero detrás de todo eso, creo que mi principal interés era tratar de entender lo que mi propio trabajo significaba para mí, y por qué me sentía atraído por las cosas que me atraían. Mis fotografías son una forma de expresarme y comprenderme a mí misma. Es la forma en la que proceso la información que me llega a través de mis sentidos. Y personalmente creo que todos debemos tener algún tipo de arte para ayudarnos a procesar la información que estamos recibiendo constantemente, junto con cómo nos sentimos al respecto.
Definitivamente hay un elemento ecléctico en mi trabajo. Creo que viene de un deseo de sentir que pertenezco a algún lugar, y hacer que la gente se sienta de la misma manera. Pasé gran parte de mi vida sintiendo que no podía relacionarme con la gente, o que la gente nunca me entendería. Me sentía como una excentricidad para otras personas, y nunca me sentía lo suficientemente mexicana o norteamericana como para encajar en algún lugar. Yo diría que mi estilo es un reflejo de mi deseo de infundir un sentimiento de inclusión y humanidad en mi trabajo. Es mi manera de decir «oye, si eres diferente o raro, eso es bueno. Eso significa que eres único. Eres valioso. Y definitivamente hay un lugar para ti aquí.
Hay ciertos colores en mi trabajo que están representados más que otros. Esos son los colores que más fotografío, porque mi ojo naturalmente gravita más hacia esas tonalidades. Me encantan los cielos azules de mediodía en mis fotografías, y normalmente rompo las reglas fotográficas, sólo para poder tener más color turquesa en mis fotografías. Soy definitivamente parcial a ese color porque para mí representa curación, sabiduría, tranquilidad y creatividad, cosas que personalmente siempre he buscado. También amo todas las tonalidades cálidas. Tiendo a gravitar hacia esos colores porque simplemente ver un girasol amarillo me hace sentir feliz. Y hay muchos días en los que siento que podríamos usar una buena dosis de simple felicidad como cuando vemos una foto.

Antes de empezar a desarrollar mi propia voz fotográfica, trataba de seguir las tendencias y copiaba lo que otros estaban haciendo. No creo que haya nada malo en eso, porque como artistas, siempre estamos tratando de emular los rasgos que más valoramos en otros artistas. Sin embargo, creo que es importante explorar diferentes cosas, estilos diferentes, y luego desarrollar nuestra propia voz. Es importante desarrollar nuestro propio estilo, nuestra propia voz fotográfica con su respectivo conjunto de valores. Con tantos fotógrafos emergentes, la única forma de diferenciarnos es ser verdaderamente nosotros mismos y no tener miedo de expresar nuestras ideas y nuestras creencias a través de nuestro trabajo.
Es fácil desanimarse al pensar que todo ya se ha dicho y hecho, pero el mundo necesita de nuestra perspectiva única que sólo nosotros como individuos podemos infundir en nuestro trabajo. Creo que al no compartir lo que eres con el mundo, nos estás robando al resto de nosotros de tu voz distintiva y tu manera de ver las cosas. Date permiso de no preocuparte tanto por lo que otros piensan, y simplemente haz lo que amas. Date permiso caer y cometer errores, sabiendo que todo es parte del proceso. Date permiso de inspirar a otros a ser creativos. Ahora más que nunca, necesitamos del arte y todas las actividades creativas para hacer de nuestro mundo un lugar mejor.
Para ver más de mi trabajo, los invito a que visiten mi página web http://www.nievesmontanocreative.com o que me sigan en instagram @nievesmontano.

5 Comments
Laura Quiles.
Fascinada con el tema, estoy de recién unos meses obsesionada con el color… Mas sentido no podía darme este tema, felicidades por la publicación.
Kitzia
Hermoso trabajo, ¡felicidades!
Noemí Ji
Me encanto tu trabajo Nieves, el color presente, seguiré tu consejo… no desanimarme y permitirme cometer errores 🙂 con ganas de conocer Tucson
NIEVES MONTANO
Muchas gracias por leerme, Noemí!! A seguirle echando ganas! Yo encantada de mostrarte Tucson 🙂
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