¿Quién no ha tenido un cliente nefasto? De esos que hasta te causan pesadillas o ataques de ansiedad. Suelen atacar sobre todo a los fotógrafos novatos o que han tenido demasiada suerte con sus clientes pasados.
Son personas que desde la cotización de paquetes nos incomodan. Preguntan demasiado, ponen exigencias que llegan a lo absurdo, su trato suele ser rudo y altanero, simulan que lo saben todo y que ellos podrían hacerlo mejor que tú, pareciera que te hacen el favor al contratarte pero sobre todo, regatean hasta los centavos pidiendo siempre más y más.
A menudo leo las historias de terror de colegas que se encuentran a uno de estos personajes y que, como siempre, le han hecho la vida de cuadritos. La mayoría de nuestros amigos o colegas con más experiencia nos dicen que nosotros debemos controlar a los clientes, pero este tipo de individuos tienen un súper poder que nos altera, nos supera, toma nuestra paciencia y la hace añicos. Veo cómo, después de sacarlos de quicio, suelen irse sin pagar, sin liquidar, sin recoger sus impresiones o quejándose del trabajo recibido (que suele ser entregado justo como ellos lo pidieron) y hay incluso algunos, que siguen la tortura con difamaciones o acoso en redes sociales.
Yo sé lo que es eso, yo pasé por ahí. Ya tenía algo de experiencia pero me habían tocado personas divinas que incluso se convirtieron en amigos míos, sin embargo el momento clave llegó.
Me contrataron por medio de un grupo de facebook, la primera en contactarme fue la esposa. Me dijo que estaban buscando quien cubriera la fiesta de 3 años de su pequeña y única hija, que era una niña muy especial para ellos por ser la única. Me dijo también que su esposo era fotógrafo y que él necesitaba entrevistarme primero para ver si yo contaba con la capacidad suficiente de cubrir dicho evento. Ahí ya empezó la altanería de parte de ellos pero quise ser amable y paciente y probarme que podía manejar todo tipo de clientes así que accedí a la entrevista. Me pidieron mi teléfono y minutos más tarde me llamó el señor. Pese a que yo ya les había dado el enlace de mi fanpage, me exigió que le enviara por whatsapp fotos mías con temática infantil, así lo hice, me preguntó qué equipo y objetivos usaba y comenzó a hacerme cuentas de lo costoso e importante que sería su fiesta de 3 años.
A la hora que finalmente se convenció de que yo podía realizar el trabajo (en este punto yo ya sentía que les estaba pidiendo la oportunidad de hacerlo, dejé de ser una proveedora para convertirme en una postulante), me pidió mi presupuesto y le pareció elevado. Dijo que ya tenían demasiados gastos y no podían solventar el costo que les daba, que debía bajar mi precio así que lo hice, me dijo que no querría las fotos editadas así que debía bajar más mi costo, con tal de aceptar el trabajo lo volví a bajar. Después me dijo que él me daría su cámara y que debía bajar más el costo puesto que ni siquiera tendría que usar mi equipo, ahí le dije que no y que yo sólo trabajaba con mi equipo y que además necesitaría que el evento estuviera pagado una semana antes y que debía depositar el 50% para poder apartar su fecha así que se molestó y dijo que preguntaría por otros presupuestos.
Pasó aproximadamente un mes y yo ya había olvidado el asunto cuando un miércoles me llega un mensaje con una dirección y un recibo por aproximadamente 10 dlls (mi presupuesto era de 290 dlls ya con los respectivos descuentos), le respondí que no sabía quien era y de manera muy ofensiva me reclama haberlo olvidado, efectivamente era el mismo señor fotógrafo de la fiesta costosa que no podía pagar mis honorarios. Caí de nuevo, me hizo sentir mal por no haber agendado su fecha desde un principio y me hizo posponer la sesión que ya tenía programada para el mismo día de su evento.
Toda esa semana estuvo llamándome hasta dos veces al día para corroborar que podía realizar su trabajo, que en realidad soy fotógrafa, que no fuera a llevar a mi hija porque no la aceptarían, y muchas otras cuestiones que ya me daban dolor de cabeza de sólo identificar su número en mi teléfono.
Finalmente llegó el sábado y me dice minutos antes que él espera recibir mínimo 3000 archivos o no me pagaría, ese día tomé fotos hasta de la comida, su hija jamás sonrió. No la dejó jugar para no ensuciar el vestido, no la dejó quitarse el vestido por supuesto y mucho menos subirse a los juegos. Incluso fue doloroso conocer a la pequeña y ver lo triste que se notaba. Al final resultó que se molestó porque no le entregué las fotos como las muestro en mi fanpage pues él me exigió sólo los archivos raw, le expliqué que no podía entregarle las fotos reveladas si él me pidió los archivos inmediatamente terminada la fiesta así que comenzaron las amenazas por teléfono, mensajes horribles por whatsapp, ofensas y difamación por facebook e instagram. La pesadilla terminó varios meses después y por supuesto, nunca me liquidó.
Les cuento todo esto porque, igual que muchos fotógrafos que pasaron por casos similares, llegué a odiar a estas personas. Pero después de un tiempo me di cuenta que más bien debía darles las gracias, me enseñaron muchísimo y resultaron ser de los mejores maestros de marketing que he tenido. Gracias a ellos aprendí a elaborar y usar siempre un contrato, que jamás se entregan los archivos raw, que siempre se cobra por adelantado y se aparta la fecha con el 50% pero sobre todo, aprendí a identificar el tipo de clientes que no quiero volver a tener.
Así que si tú estás viviendo esto o acabas de pasar por algo similar, no te angusties, aprende. Fíjate bien en todos los errores que tuviste para llegar a esta situación y en cómo evitarlo en un futuro y sobre todo, no tengas miedo, recuerda que por mucho que quieran amedrentarte, tú eres la proveedora y no les estás pidiendo ningún favor al darles tus costos. Quienes te buscan son ellos y son ellos quienes se quedarán sin fotos si no te contratan. Piensa que te estás ahorrando un curso de mercadeo y ármate de paciencia, mucha paciencia.

Luisa Cecilia Rosas
Estudia la licenciatura en Biología en la Universidad Autónoma Metropolitana y realizó trabajos voluntarios en el área de fauna en el zoológico de Chapultepec, el Acuario de Veracruz y en campamento tortuguero amigos del mar A. C. Ha realizado algunos estudios sobre comportamiento y manejo de fauna silvestre en cautiverio.
En 2013 perteneció a la sociedad mexicana de fotógrafos de naturaleza donde tuvo la oportunidad de ser paisajista y comenzar poco a poco con retrato.
En 2014 empieza a aprender sobre boudoir volviéndose su único estilo fotográfico durante un tiempo, en 2015 ingresa a Fotógrafos Profesionales de la Ciudad de México donde continúa actualizándose, en 2016 se aventura a la fotografía de eventos sociales, especialmente fiestas infantiles. En 2018 trabajo para la Secretaria de Educación Pública en la Dirección General de Educación Indígena para las portadas y fotografía de interiores de los programas de estudio en lenguas indígenas de la nueva reforma educativa.
Actualmente se dedica a retrato infantil y es voluntaria en Rescate Zarigüeyal, una asociación de divulgación científica y educación ambiental en Yucatán.
5 Comments
Priscilla
Te entiendo perfectamente. Hay clientes tan pero tan buena onda y otros que simplemente se vuelven en una pesadilla. Gracias por el post.
Lucy Rosas
Me encanto el Post! , tienes toda la razon hay que aprender de las cosas malas para poder convertirlas en algo bueno en un futuro. Afortunadamente no me ha tocado una situacion de este tipo con clientes, me ha pasado con colegas! jaja ironicamente una fotografa es la que me esta tratando de hacer la vida imposible xD . Existen fotografos (as) muy celosas de su area de trabajo , tienes alguna opinion sobre esto?
Marcela
A mi me paso con unos clientes, unos novios que me recomendo un colega porque el tenia la fecha ocupada. No quisieron hacer reunión previa porque no tenían tiempo, les envie cotización y portafolio les gusto mi trabajo y contrataron, les regale la sesión Preboda hay fueron pesadisimos el novio no quería ninguna de las locaciones, no me complique mucho por eso… me pagaron todo adelantado por suerte… llego el día de la boda y fue un caos (a todo esto fue en mi primera temporada de bodas) la novia histérica peleaba con todo el mundo, hasta con el novio en la cena fue horrible pero también pensé que era solo estrés. Pasaron los días y tenia que hacer la entrega, vieron enseguida el libro, les encanto quedaron felices pero en la noche me llega un mail de la novia insultandome diciéndome que era una pésima profesional que las fotos estaban horribles, que eran muy pocas fotos, que su hermana había hecho mejores fotos con el celular entre otras cosas, yo me sentí pésimo… por unas semanas siguió el hostigamiento por mail, amenazándome incluso de que se preocuparía de difundir de que yo era pésima fotógrafa para que nadie me contrate. Al tiempo conversando con el baquetero de la boda le conté mi experiencia y resulta que con el hizo lo mismo, después de eso me quede tranquila y me di cuenta de que no era problema mio ni de mis fotos que había sido la novia la complicada y loca.
juan Mendoza
Si aparte de paciencia uno se da cuenta a leguas esa clase de gente y simplemente se evita moderadamente y con respeto si te pone pero en one se corta
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