A muy temprana edad descubrí que quería ser fotógrafa. Esto ha sido una ventaja enorme en mi vida, ya que desde muy joven supe cuál era el camino que quería tomar, incluso antes de llegar a la confusa adolescencia en la que lo único seguro que tienes es la incertidumbre, pero en la paleta de colores de este tema, no todos fueron tonos rosas. El ser muy pequeña me trajo algunos capítulos desagradables en mi historia como fotógrafa.
El ser joven y además “Traga-años” (aparentar ser más joven de lo que soy,) causó desconfianza en algunas de las personas a las que retrataba y esto llegó al grado de que sentía la necesidad de crecer más rápido, de ser mayor para poder ejercer sin problemas. Te contaré dos de estas situaciones, con las que seguramente te sentirás identificada. 1984 (en realidad fue mucho después, pero es un año que uso para cuando no me acuerdo de una fecha exacta), mi papá me lanza al ruedo, era una de mis primeras sesiones sola, aunque ya había ido como asistente y segunda cámara esta era una de mis primeras sesiones fotográficas de boda que realizaba sola. Comenzamos la sesión, la novia que suele ser la nerviosa estaba con una actitud súper linda y feliz, pero el novio estaba raro, como molesto, no sonreía en las fotos, no cooperaba, así pasaron un par de tomas cuando en medio de una saca su celular y marca, le estaba marcando a mi papá (el dueño del estudio) reclamando porque había enviado a una niña a tomar las fotos, mi papá le explicó que yo tenía experiencia, le dijo que no se preocupara, que parte del trabajo que había visto como demo en la agencia era de mi portafolio, le garantizó que tendría un buen trabajo, el novio se tranquilizó un poco y yo me puse bastante nerviosa, así continuamos la sesión. El día que fueron a la oficina a recoger las fotografías los atendieron mis papás y recibí una llamada de mi mamá pidiéndome que fuera con ellos porque esta pareja quería hablar conmigo, al llegar los clientes me felicitaron por mi trabajo, quedaron encantados con las fotografías y el novio me pidió una disculpa por su actitud y me dio un valioso consejo, “que tuviera seguridad de mi talento y conocimientos”. En otra ocasión me tocó tomar las fotografías de una quinceañera. La familia estaba con pésima actitud, sobre todo el papá, al terminar la sesión le llamaron a mi papá para decirle que ninguna fotografía servía, él le preguntó qué cómo sabía si no las había visto, a lo que el papá de la cumpleañera respondió: “pues las tomó una niña, cómo van a salir bien”, mi papá le aconsejó que se calmara y esperara a ver el resultado, que en caso de que no le gustara se podía repetir la sesión con otro fotógrafo o hacerle la devolución de su dinero. Mis papás revisaron el material y les gustó tanto que imprimieron una ampliación y la pusieron en una de las paredes del estudio, días después fue la familia a ver las imágenes, al entrar al estudio vieron la ampliación y les gustó tanto que la compraron aunque no estuviera incluida en su paquete.
Así como estas anécdotas me han pasado varias, en las que mi edad o incluso mi aparente edad fueron motivo para que no tomaran en serio mi trabajo y claro que se siente fatal, te llena de impotencia, inseguridad y coraje, pero ante cualquier situación negativa hay que responder de la mejor manera para no empeorar el ambiente y para esto te paso algunos de los tips que me sirvieron para ponerle solución a momentos en los que ser joven parecía una desventaja. • Si tienes 15, 19, 20 años imagínate la experiencia y conocimiento que vas a tener a los 30, 40 o 50 años, la experiencia que consigas al haber empezado a temprana edad, te hará una gigante e imparable.
En un mundo dirigido por la tecnología, ser joven es una ventaja. Un día fui sorprendida por mi primita de dos años, porque ella sabía usar un iPad mucho mejor que yo y, aunque la fotografía no es una novedad, ha ido evolucionando junto con la tecnología así que mientras más joven seas más apegado a este sistema o “sistemapp” estás, así que ya tienes una súper ventaja. Arrugas no es igual a experiencia, conozco fotógrafos que empezaron su carrera en una edad avanzada, ¿qué tal que conoces a una señora de 90 años que tiene dos días tomando fotos?.
Si notas que se torna tenso el ambiente y crees que es por este tema, sé directa y clara con el cliente así verá tu seguridad y esto le dará tranquilidad, además de que impondrás una línea de respeto. Hay que tratar de entender al cliente, aunque no siempre tenga la razón, comprenderlo sin permitir faltas de respeto. Verás que por un cliente que desconfíe habrá otros 20 que confíen sin que tu edad sea relevante, enfócate en agradecer a estos hermosos seres que se fijan en tu talento, entrega y profesionalismo. • Sé muy responsable con tu trabajo ya que, aunque esto no dependa de la edad, si fallas tendrán de pretexto tu “inmadurez” y es justo lo que no quieres que pase. Gracias por leer mis experiencias y ahora cuéntame ¿eres fotógrafa bebé? ¿Iniciaste muy joven? ¿Viviste alguna experiencia similar? ¿Cómo la resolviste? Disfruta tu juventud y demuestra que ser capaz no va relacionado a la edad.
Adriana Sómofora.

Adriana Somófora
Fotoperiodista de bodas.
Nací en Aguascalientes, tierra de la chasca, pero por algunas razones (que eso es otraaa historia) vivo en la tierra de la quesadilla sin queso, así que ahora soy una Aguachile de corazón.
Soy hija de fotógrafos de bodas, así que he sentido en carne propia todos los aciertos y errores que han cometido en el negocio de la fotografía desde antes de nacer. Y aunque juré en algún berrinche de la pubertad que nunca, me iba a dedicar a lo mismo que mis papás, la sangre me llamó y este año cumplo trece años en el apasionante mundo de la fotografía.
Como licenciada en publicidad he aprendido a combinar la mercadotecnia y creatividad en mi vida de fotógrafa, lo que me ha servido como no tienen idea. Otra de mis personalidades es la de docente, he tenido la oportunidad de enseñar y aprender dando clases en varias universidades de Ags y CDMX, y en talleres de fotografía. Esto es una parte que disfruto muchísimo, porque como fotógrafa paso mucho tiempo sola o acompañada virtualmente, y en las clases conozco a muchas personas increíbles con quienes puedo compartir mi pasión y eso me encanta.
Esto es un poco de quién soy, pero lo realmente interesante es quién seré y lo que haremos juntas ahora que coincidimos en este texto, gracias por leerme, ahora me gustaría saber de ti.