La autoestima es tan importante para nuestro
bienestar como las piernas para una mesa.
Es esencial para la salud física y mental y para la felicidad.
Louise Hart.
En el mundo laboral actual estamos expuestas a condiciones cambiantes, presiones, retos, conflictos y muchas otras situaciones que encierran un factor bastante influyente sobre nuestra autoestima y donde a su vez el carácter y la personalidad de la persona condicionan los logros y fallas que inciden en los resultados esperados en cualquier empresa o negocio.
La autoestima en el ámbito laboral se entiende como la valoración que cada persona hace de sí misma sobre sus capacidades e importancia que repercuten en el desarrollo de su trabajo, la cual influye a la vez en sus relaciones entre compañeros de trabajo y con sus superiores.
Mora J. (2003) afirma que si tenemos alta autoestima potenciaremos nuestras capacidades para desarrollar habilidades y aumentará el nivel de seguridad personal. Por otra parte, Rodríguez, Pellicer y Domínguez (1988) consideran que el ser humano para construir su concepto de autoestima debe pasar por tres instancias: el yo físico, relativo a su cuerpo y necesidades; el yo psíquico respecto a su manera de pensar, su espíritu y su emotividad y finalmente por el yo social, que le hace ver sus roles en la sociedad, donde uno de ellos es el de trabajador.
Bolívar (2003) señala que toda persona es capaz de muchas cosas, sin embargo no todas las personas logran descubrirlo por su falta de confianza en sí mismos, su autovaloración pobre y sentido derrotista, actitudes que marcan el estancamiento o el fracaso en el desempeño laboral de muchas personas; de igual manera su papel dentro de la sociedad se verá afectado por el nivel de autoestima que cada persona maneje sobre sí misma, lo que dificulta las relaciones interpersonales en el trabajo.
Entonces, cuando nos sentimos orgullosas y seguras de nosotras mismas estamos dispuestas a arriesgarnos, a ser más responsables de nuestros actos, a enfrentar cambios y desafíos de la vida y tener la flexibilidad necesaria para enfrentar el rechazo, la decepción, el fracaso y la derrota.
Tener autoestima alta no es egocentrismo, ni arrogancia, ni superioridad. Desafortunadamente, ha sido confundida con las tres cosas (y también con narcisismo, vanidad e insolencia), pero esto surge de un orgullo que no es genuino, de una autovaloración inflada, de una aprobación indiscriminada, de un desprecio hacia los demás.
La autoestima alta se basa en hechos y verdades, en logros y capacidades; el orgullo nace de gozar de nosotras, de nuestros triunfos y de nuestros talentos y habilidades, pero no tienen nada que ver con disminuir a los demás.
En nuestra sociedad, el trabajo está considerado como un elemento que refleja la importancia y capacidad de una persona. A mayor jerarquía y/o sueldo, mayor probabilidad de que se fortalezca la autoestima de la persona que trabaja.
Silvia Russek nos comparte (2014) que tener una autoestima alta en el trabajo, no quiere decir que podemos hacer todo y hacerlo siempre bien.
Significa que:
- Tenemos la capacidad para reconocer nuestras habilidades y limitaciones,
- estamos dispuestos a arriesgarnos y aprender,
- podemos pedir ayuda sin sentirnos mal o temer la crítica de los demás,
- nuestras expectativas son realistas y confiamos en alcanzarlas,
- tenemos la capacidad de aceptar y adaptarnos a los cambios necesarios,
- podemos trabajar en equipo y ayudar a los demás, para que logren el éxito,
- soñamos, compartimos nuestros sueños y tratamos de alcanzarlos,
- tomamos decisiones y nos responsabilizamos,
- tratamos de ser creativos.
Cuando una persona tiene una autoestima baja, repercute en la calidad y cantidad de su trabajo y en las diferentes relaciones que éste implica (jefes, empleados, clientes, proveedores, compañeros, etc.).
Es importante recordar que una autoestima baja no siempre está relacionada con la falta de capacidad o conocimientos. Es el resultado de comparar lo que creo que soy, con lo que debería ser. De medirnos en función de una imagen irreal, que nos formamos a partir de las expectativas exageradas de otras personas: padres, maestros, amigos, etc.
Si tenemos fe en nuestras capacidades, sentimos que podemos controlar nuestra vida y los problemas que surgen en el trabajo.
Cuando confiamos en poder hacer algo, casi siempre lo podemos hacer y lo hacemos bien. Y si descubrimos que no lo podemos lograr, no nos auto devaluamos, ni nos sentimos mal, simplemente buscamos una mejor opción o la ayuda de la persona indicada.
Cuando una persona posee una autoestima alta, no ve a los demás como amenaza o como rivales, sino que aprende a valorar las capacidades de sus compañeros y a trabajar en equipo con mayor facilidad; se cree muy capaz de sacar adelante metas propuestas para mejorar su entorno laboral.
Para finalizar este artículo, les invito a que revisen y contesten las siguientes preguntas que la psicóloga Rocío Gutiérrez, nos plantea:
- ¿Logro metas? Es importante esforzarnos en conseguir logros ya que esto nos brinda confianza y seguridad.
- ¿Qué actitud tomo? Estoy dispuesta a cooperar y/o a apoyar en mi equipo de trabajo, empiezo a rivalizar o quiero sobresalir de una forma brusca e intrusiva, opacando a otros con tal de hacer figura.
- ¿Facilito o entorpezco los procesos? De acuerdo al área de responsabilidad o tareas que tengamos a nuestro cargo, hay que asegurarnos que somos facilitadores y que buscamos el mejor resultado por pequeña que sea la encomienda.
- ¿Qué valores tengo? Es importante que haya congruencia entre los valores de la empresa y los personales, ya que de no ser así, lo que hacemos es alimentar la idea de que no estamos en el sitio en el que merecemos y/o desearíamos estar.
- ¿Estoy respetándome? Revisar si las rutinas de trabajo no atentan contra la integridad moral o salud física personal.
- ¿Realizo con agrado mis responsabilidades? Si bien es cierto que habrá que realizar algunas tareas que quizá no sean totalmente agradables para nosotras, de modo general hay que asegurarnos que exista congruencia con nuestros gustos y preferencias. En este sentido el tema del autoconocimientos es estratégico, ya que impacta con la calidad de nuestro trabajo y actitud ante él.
- ¿Estoy satisfecha con lo que hago? Hay que reflexionar si logramos sentirnos satisfechos con la labor que realizamos y si tenemos una actitud generosa de compartir lo que sabemos, ya que si lo hacemos, los procesos de trabajo en los que participamos, al margen de los resultados, serán altamente satisfactorios.
En la gran mayoría de los casos, dedicamos por lo menos 40 horas a la semana al sitio en el que ejercemos nuestra profesión u oficio, vale la pena asegurarnos que esta área respalda a que logremos una vida integral funcional, llevando a cabo estas claves de la autoestima laboral.
Referencias:
Kaufman G. Cómo enseñar autoestima. Ed Pax. 2005
Russek S. La autoestima en el trabajo. 2015
Peralta P. La autoestima en el trabajo. 2015
