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EL ARTE DE LA SELECCIÓN

  Considero que hay dos errores principales cuando comenzamos a hacer foto, o cuando no sabemos mucho de fotografía, el primero es intentar poner todos los elementos posibles en una imagen (o ignorarlos) con el tema principal en el centro y el segundo es permitir que la cámara “tome todas las decisiones”.

En este sentido, debemos tomar en cuenta que, para evitar estos errores, hay que seleccionar desde los elementos que pondremos en la imagen, el ángulo de la toma, el lugar de nuestro sujeto principal, el tamaño y lugar de los elementos que incluiremos y además, al mismo tiempo, seleccionar todas las cuestiones técnicas: velocidad, diafragma, ISO, lente, etc., para lograr el resultado que queremos. La habilidad de todas estas decisiones, de todo lo que seleccionamos crea una imagen con un estilo propio y es entonces cuando realmente podemos hablar de ser fotógrafos.

El ojo no tiene limitaciones para observar un espacio. De frente a un paisaje, por ejemplo, podemos recorrerlo de izquierda a derecha, hacia arriba, volver a un detalle para observarlo mejor, girar la cabeza y ver lo que hay detrás, etc.  La cámara fotográfica en cambio sólo puede recoger una porción de la realidad con un encuadre horizontal o vertical, sólo podemos seleccionar uno de los dos. El encuadre delimita un espacio ilimitado.

La realidad cambia continuamente: las nubes se mueven y transforman, el viento sopla de improviso, la expresión de una persona cambia en un instante así como la luz. La habilidad del fotógrafo consiste en saber captar el momento decisivo.  La fotografía fija el instante de una realidad en continua evolución, por eso, crear una imagen artística y compositiva, requiere de paciencia y habilidad, la luz debe regularse con precisión, todos los elementos deben disponerse con cuidado para lograr un equilibrio. Nuestro cerebro fija un centro de interés y lo aísla, la cámara no tiene esta capacidad, no sabe seleccionar, pero se puede acercar a lo que percibe el ojo humano mediante la elección de los elementos correctos.

 

El ojo y la cámara no ven las mismas cosas. Se debe dar sentido al mensaje que se quiere, lograr hacer imágenes de lo que uno quiere ver, no de lo que uno cree que ve, tomar en cuenta los elementos que existen delante de la cámara y seleccionar y colocar los elementos para producir una imagen coherente.

Para la selección es importante ver el motivo que deseamos desde diversos ángulos y posiciones: moverse, girar, tomarla desde abajo, tomarla desde arriba, todo nos hará darnos cuenta de cuánto puede variar. Aprender a valorar el equilibrio de las formas, el contraste de los colores, decidir si el fondo es determinante o crea confusión. Debemos evitar la banalidad y buscar una interpretación personal de las imágenes, analizando si logramos el resultado que deseamos y cómo conseguirlo.

La composición fotográfica se basa en las reglas de la composición del arte. Pero un artista de la pintura y el dibujo, aunque se basa en la realidad puede añadir elementos de su imaginación, cambiar dimensiones, eliminar detalles o elementos, etc. Un fotógrafo no puede decidir no fotografiar algo que está en la escena elegida, ni puede cambiar la luz del momento. Por eso hacer una pintura lleva mucho más tiempo que hacer una fotografía. En este sentido la pintura y el dibujo son el arte de construir una imagen y la fotografía es el arte de la selección.