Hace unos días recibí un audio de voz quebrada, esa voz era solo un poquito de todo lo que tenía roto la persona que lo hablaba. En su mensaje me pedía copia de unas fotos que me había comprado como regalo para alguien muy especial para ella, fueron fotos de maternidad, necesitaba las copias de manera urgente porque la persona que estuvo delante de mi cámara había fallecido y la familia quería una copia de las fotografías.



Sin mudarme a las experiencias de otras familias, al morir mi abuela, que fue como mi madre, escribí un texto que empezaba así «Vivo de y para la fotografía, en esta no medí la luz, ni planeé la escenografía, pero es la mejor, la tomé sin saber que sería la última sonrisa guardada de mi persona favorita, al día siguiente la vida comenzó a irse…»

Cómo mexicana también relaciono las fotografías y la muerte en nuestra tradición del altar de Día de muertos. Gracias a mi foto favorita, yo puedo ir a la sala de mi abuelita en cualquier momento y la tradición cuenta que ellos también nos pueden visitar por medio de las fotografías y ofrendas que ponemos el el altar cada dos de noviembre.
En conclusión, estoy convencida de que entre otros atributos, las fotografías tienen un gran valor porque congelan momentos y personas, todos tendremos un final, pero podemos llegar más allá de él a través de una fotografía que tomará un gran valor cuando los que nos aman ya no nos puedan ver.


Adriana Somófora
Fotoperiodista de bodas.
Nací en Aguascalientes, tierra de la chasca, pero por algunas razones (que eso es otraaa historia) vivo en la tierra de la quesadilla sin queso, así que ahora soy una Aguachile de corazón.
Soy hija de fotógrafos de bodas, así que he sentido en carne propia todos los aciertos y errores que han cometido en el negocio de la fotografía desde antes de nacer. Y aunque juré en algún berrinche de la pubertad que nunca, me iba a dedicar a lo mismo que mis papás, la sangre me llamó y este año cumplo trece años en el apasionante mundo de la fotografía.
Como licenciada en publicidad he aprendido a combinar la mercadotecnia y creatividad en mi vida de fotógrafa, lo que me ha servido como no tienen idea. Otra de mis personalidades es la de docente, he tenido la oportunidad de enseñar y aprender dando clases en varias universidades de Ags y CDMX, y en talleres de fotografía. Esto es una parte que disfruto muchísimo, porque como fotógrafa paso mucho tiempo sola o acompañada virtualmente, y en las clases conozco a muchas personas increíbles con quienes puedo compartir mi pasión y eso me encanta.
Esto es un poco de quién soy, pero lo realmente interesante es quién seré y lo que haremos juntas ahora que coincidimos en este texto, gracias por leerme, ahora me gustaría saber de ti.