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MOMENTOS DE LUZ

  La fotografía es algo que me apasiona desde que era muy pequeña. Recuerdo que a todos lados tenía que llevar mi cámara para generar recuerdos físicos de reuniones o vacaciones en familia. No era muy fácil decidir cuáles eran los momentos que valía la pena fotografiar porque solamente tenía 24 oportunidades (o si tenía suerte eran 36) de formar una historia que contara la experiencia que estaba viviendo. De esas tomas, había mucha probabilidad de que al revelarlas se perdieran fragmentos de lo que estaba documentando y recuerdo el sentimiento de coraje y frustración que eso me generaba.

Varios años más tarde, tuve la oportunidad de vivir en Nueva York y tomar clases de fotografía. Hasta ese entonces había sido solamente un hobby para mí y había mucho que debía aprender. Aprendí que la cámara es en realidad una caja negra que por medio de un espejo refleja lo que puedes ver a través del lente. Es un principio muy básico que a pesar de haber estudiado una ingeniería me sorprendió porque me hizo pensar que con algo tan sencillo podías inmortalizar momentos.  Conceptos como velocidad de obturación, ISO y apertura del diafragma me sobresaturaban. Soy muy racional y no me hacía sentido que entre más grande es el número de apertura, más chico era el orificio y por lo tanto entraba menos luz. Parecía que eso no era lo que querías porque para hacer fotografía necesitas luz pero también supe que eso hacía que las capturas fueran mucho más enfocadas en todos los planos.

 

La fotografía debe cuidarse desde mucho antes de ser tomada. La combinación de parámetros debe planearse para capturar la luz necesaria y transmitir una idea. Si lo que te interesa es una fotografía en que se congele el tiempo tienes que fijar una velocidad del obturador muy rápida; si te interesa una fotografía de paisaje donde todo debe verse muy nítido y enfocado debes empezar con la apertura del diafragma; pero si es una captura de noche dónde hay poca luz en el ambiente debes utilizar el ISO a tu favor y encontrar el balance entre los otros factores para conseguir tu objetivo.

Lo que más disfruto es la fotografía de paisajes y ciudades. Me gusta poder compartir lo que estoy viviendo con mucha gente que tal vez no tendrá la oportunidad de estar físicamente en donde yo estoy. Para cada fotografía o set de fotografías planeo la idea y espero el momento perfecto para llevarla a cabo. Con lo que más me gusta jugar es con la velocidad de obturación pues al fotografiar agua puedes capturar una gota o hacer que parezca neblina por el tiempo que está abierto el lente grabando información  

 

Es importante contar con el equipo necesario para cada tipo de fotografía. Por ejemplo, para paisajes es primordial contar con un buen tripié y filtros de alta densidad. El tripié sirve para encuadrar la imagen que te gusta y mover los parámetros sin perder tu idea pero yo lo uso más para las tomas de larga exposición. Los filtros de alta densidad son indispensables para poder hacer estas tomas durante el día ya que al tener abierto el obturador por 20 segundos, el lente recibe tanta luz que el resultado es una imagen totalmente blanca llena de altas luces. Éste tipo de filtros funcionan como unos lentes de sol que bloquean la cantidad de luz y así puedes usar el tiempo como el factor principal de tu toma.

Cada fotografía es la combinación perfecta de luz. Por eso les llamo momentos de luz. Se generan recuerdos que quedan plasmados en el tiempo. Cada que veo alguno de mis paisajes revivo los momentos. Y cada uno de esos momentos se siente, sabe, huele, se escucha y por supuesto se ve. Y espero poder transmitir algo de eso a quienes ven mis momentos de luz.