¡NO ME GUSTAN MIS FOTOS!

Este molesto sentimiento que nos ha acogido a cada fotógrafo más de una vez, se que tu también has pasado por momentos en los que te has sentido estancada, aburrida y hasta preocupada porque no te gusta lo que estás produciendo.

Hace un año experimenté algo como esto y hasta que conversé con colegas me di cuenta que no era la única, por eso, quise abordar el tema para contarte sobre algunas cosas en las que concluí y maté estos malos pensamientos haciéndole frente con la mejor sonrisa.

Me gustaría que te preguntaras primero; ¿porqué no me gustan mis fotos?

Si crees que son “feas”, “malas” o cualquier otro adjetivo calificativo negativo que se te venga a la mente; a veces la solución puede estar en una corrección de color adecuada, una mejor edición, la mejora de tu técnica, innovación y hasta tu estado de ánimo. Hazte consciente de lo que estás haciendo y porque no te está gustando.

Primero lo primero: ¿Qué hace que una foto sea buena?

Éste tema es bastante subjetivo, hay quienes te dirán que sin duda una buena foto es aquella que tiene excelente composición, los personajes perfectos, la exposición correcta, etc. Sí, de eso se compone una buena foto, y también en mi caso, yo opto por la idea de que es la captura del momento indicado, que al verla te provoque una emoción. Como dicen por ahí, para todo hay gustos, podrá haber una foto que tu digas “WOW está increíble!”, y a mi no me provoque ningún tipo de asombro.

Una buena foto tiene muchas características desde técnicas hasta emocionales, pero lo más importante es que logre transmitir el mensaje que quieres.

La constancia es la clave de todo

Hace poco un colega me dijo; ‘en la pirámide de fotógrafos siempre habrá alguien que esté más abajo que tu, y otro que esté más arriba’, y por supuesto lo creo cierto en diferentes niveles, claro que el que está más arriba no nació sabiendo, tu y yo tampoco, así que como todos, subió esos peldaños en base a aprendizaje y experiencias.

¿De acuerdo? Entonces no te compares, dedícate mejor a aprender más. Imagínate que yo me siento mal porque no tomo las fotos como Annie Leibovitz (se vale soñar) pero si yo no domino la técnica y me faltan los conocimientos que tiene Annie es poco probable que yo logre hacer lo que ella en algún momento. Por lo tanto sería incongruente de mi parte que no me guste mi foto porque no la hago como Annie, y encima crea que no tengo que continuar preparándome.

La más importante eres tú, creadora de tu propio arte, un personaje único, con un sello que se diferencia de los demás, no te compares, prepárate para ser mejor retándote a ti misma.

Deja de preocuparte

Tomar la cámara por primera vez es como tocar un nuevo instrumento musical, ¿te has fijado que cuando le das la cámara a algún amigo o familiar para que te saque una foto no sabe ni como sostenerla?, tantos botones y números suelen ser muy confusos. Para que dejes de preocuparte tanto es importante que conozcas la cámara como si fuera una extensión de tu cuerpo, así tendrás todo el control de la misma y podrás explayar tu creatividad.

Tu ordenas a la cámara, con tus conocimientos le vas a decir que hacer para lograr lo que quieres. Una vez que sepas perfectamente que hacer en cada situación dejarás de tensionarte y eso se reflejará en tus fotos obteniendo mejores resultados.

Anótalo para que no lo olvides

Piensa en esas frases negativas, escríbelas a modo positivo y transfórmalas en hechos que provoquen que tus fotos mejoren y por consecuencia te gusten más, como por ejemplo;

«Mejoraré mi técnica para que…»

«Aprenderé más sobre composición para hacer…»

«Invertiré en un nuevo objetivo…»

«Quiero aprender más sobre…»

«Ahora intentaré hacer…»

«Inventaré un estilo que sea…»

Y no dejes de recordar los motivos por los cuales te gusta tomar fotos, por ejemplo los míos serían;

«Amo conocer gente nueva»

«Quiero seguir creando memorias para las futuras generaciones»

«Capturar momentos es una tarea súper importante»

«¡Tengo el mejor trabajo!»