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SIMPLIFICAR

En fotografía, para lograr imágenes compositivas, podemos aplicar el dicho de “menos es más”. Además del control técnico de la cámara, buscar una buena composición es importante. También debemos tomar en cuenta el tamaño del motivo en relación al fondo. Cuando comenzamos a hacer fotos, o no tenemos experiencia con la cámara, tendemos a centrar nuestro motivo principal, igualmente hay una tendencia a no recortar nada de la imagen o no tomarlo en cuenta, tendemos a poner todos los elementos posibles en la imagen, por lo que se pierde fuerza, queda “aire” en la imagen o elementos no deseados. Por eso es importante aprender a “editar” la escena y conscientemente decidir lo que se puede simplificar o eliminar para reforzar el mensaje.

Hay muchas maneras de simplificar para hacer las imágenes más simples: high key, low key, reducir la profundidad de campo, separar nuestro motivo del fondo con el fondo o elementos no deseados con luz o sombra, usar siluetas a contraluz o sombras y reflejos como centro de atención.

 

La exageración es otro de los recursos más poderosos de quienes nos dedicamos a la fotografía. Debemos tomar en cuenta que, aunque veamos un detalle de nuestro motivo principal, aunque esté muy recortado, si mantenemos los detalles importantes, la mente completa lo que se ha recortado, y este es un recurso que podemos aprovechar en nuestras imágenes.

 

 También lo contrario, mostrarlo lo más pequeño posible dentro del encuadre nos da otra lectura que puede tener más fuerza, dependiendo del sentido que queramos darle a nuestra foto.

Otro recurso para simplificar es el encuadre dentro del encuadre.

Por último, uno de los recursos más usados para simplificar es eliminar el color.